Tus padres me invitaban a tu casa. Al parecer era muy amiga de ellos, obviamente de ti no. O sea... además de parecer un engendro, eres un imbécil.
Después de la cena, me andaba escondiendo, no quería verte. Si sentía que andabas cerca, me escabullía inmediatamente. Le tenía bastante cariño a tus padres como para hacer una escena contigo frente a ellos.
Pero en algún momento de la noche nos encontrábamos (lógico, es tu casa) y no era agradable. Te veía como realmente eres, horrible.
Y la verdad, me dabas asco, las nauseas no se quitarán con nada.
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