domingo, 29 de julio de 2007

Te observaba mientras entrabas a ver al médico. Él comenzaba la esofagoscopia y se detenía rápidamente. Te decía que todo estaba bien, que te fueras a tu casa a dormir relajadamente.
A la mañana siguiente llamaba tu mamá histérica avisando que habías muerto. Mi guata se puso dura, tenía ganas de vomitar. No podía ser... tú, ¿muerto?
Asistía a tu funeral, era en una playa pequeña de pescadores. Y estabas allí tendido entre palmas. Yacías en la arena, y nunca más volvería a escuchar tu voz, ni a tomar tu mano, ni a escuchar tu risa. ¿Cuándo jugaríamos rol juntos otra vez?
La Paty estaba destrozada, roja de tanto llorar, creo que había envejecido unos 20 años. Gritaba y no podía entender como el puto médico no había podido ver que algo andaba mal. Mi mamá le explicaba que quizás estabas tan mal que ya no podían hacer nada y quisieron evitarte sufrimiento.
Miré a los concurrentes y estaba la Mady sola en la playa, algo alejada del resto. Estaba pálida y fría. Despeinada, y nadie la abrazaba. Ella era tu novia, ¿Cómo nadie la consolaba?
Finalmente me despedía de ti primo, mi último adiós. Me subía a una camioneta y me iba.
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Pololeaba con otro hombre. Era un policia negro. Quería que nos casáramos pero por algún motivo yo estaba a cargo de dos niñas, de unos 5 años. Y si me casaba me las tenía que llevar conmigo. De hecho ese era el problema. Él no quería eso, quería que disfrutásemos nuestros días sin hijos, y menos con hijos ajenos.
Un día llegaba mi papá a mi departamento y estaba el policía conmigo. Nos hablaba sobre lo que haríamos, todo un sermón.
Cuando se iba me preguntaba si yo estaba segura, y le decía que si. Internamente sabía que mentía. Aún no podía olvidarte, después de tanto tiempo seguía pensando en Toro y quería casarme con él, no con el negro. Además era una mentirosa golosa. Eso era una muy buena razón.
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Estaba en una clase, de matemáticas. Nos enseñaban el sistema binario y hacíamos ejercicios. En mi casa no estudiaba nada. Y al otro día la profe me sacaba adelante para hacer un ejercicio. Que atroz, hace tiempo que no sentía tantos nervios, se me caía el plumón, el borrador, los lentes, todo. Absolutamente desastroso y por los nervios, no podía concentrarme y hacer bien los ejercicios. Miraba algo aturdida a mis compañeros y estabas tú Toro en primera fila y no me ayudabas, no me decías nada.
Después de continuar por un rato con la humillación la profe me retaba y me decía que no entendía como yo no era capaz de hacer un ejercicio tan simple.
Me sentaba, mis mejillas estaban rojas y sudadas. Que calvario...
A la salida hablaba con la profe, le preguntaba si ella borraba alguna nota, porque obviamente me ponía un 1. Me decía que no, que ella era una profe exigente, no se borraban notas ni se subían.

sábado, 28 de julio de 2007


Nuevamente una noche sin memoria.
No me queda otra que recordar sueños de otras épocas...

*Una noche soñé que conocía a un tipo de 30 años y que me enamoraba perdidamente de él. Eso fue el 28 de dic de 06.
*Cuando iba al colegio, varias veces soñaba con las pruebas (después de darlas) y el sueño consistía básicamente en revisar las pruebas y ver la nota, aunque ud. no lo crea, el 90% acertaba en mi pronóstico.
*Cuando era re re re enana, soñé que me sentaba sobre la sillita del tocador de Barbie y con mis pompas inevitablemente lo rompía. Al día siguiente pasó. La sillita nunca la vi. Lo que más lamento es que alcancé a jugar una sola vez con ese set.
*Más pequeña aún soñé que estaba en una montaña rusa y que luego de unos loops, los rieles estaban cortados. Me di cuenta que soñaba y sentía que si no despertaba moriría.

viernes, 27 de julio de 2007

Me acosté en una cama blanca, y me dormía rápidamente. Soñaba secretos oscuros y quería gritar, y sabía que dormía y que por lo tanto me costaría gritar. Me veía dormida y escuchaba débilmente unos quejidos.

jueves, 26 de julio de 2007


En algún lugar cercano a cierta carretera se inauguraba un zoológico. Éste era bastante particular, puesto que se encontraba en una caverna subterránea.
Según los comerciales era monumental, tanto por su fauna como por su flora. La dueña de dicho recinto había explicado a los medios de prensa que cada animal vivía en su espacio natal. Ella había recreado a la perfección el ambiente de cada uno de estos seres.
Obviamente quería ir, nos subíamos al auto la Any, Johan, Toro y yo.
Toro manejaba y yo miraba absorta el paisaje, estábamos en el norte no había nada mas que carretera y arena. Las estrellas se veían hermosas y como siempre, el cielo giraba rápido creando diversas figuras, casi como en el planetario.
Llegábamos a destino, y para nuestro hado la entrada era ridículamente cara. $100 mil por cada uno.
Al menos logré ver el inicio de la cueva y era espectacular, la caverna tenía desniveles a lo largo de las paredes interiores y allí se apreciaban los árboles, flores, arbustos, enredaderas y animales mas hermosos que podría llegar a ver en toda mi vida.

Algo desilusionados nos marchábamos y como teníamos sueño manejábamos al pueblo más cercano. Allí arrendábamos dos piezas matrimoniales para pasar la noche.
Al día siguiente iba a despertar a la Any y no estaba. La cama estaba deshecha pero no había rastro de mi amiga ni de su novio.


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Tenía que llegar a la casa de mi abuela, y al llegar al terminal de buses no había ninguno que me dejara en El Monte. Estuvo esperando más de 2 horas, necesitaba llegar y no sabía como. En eso se me acerca un tipo de unos 40 años y me pregunta si puede ayudarme.
-La verdad no lo se Sr., necesito ir a la casa de mi abuela pero no tengo como ir.
-Yo te podría llevar, ¿dónde es?
-El Monte
-Yo vivo cerca, sube al auto.
Me subía al asiento trasero y durante el camino este tipo me hablaba de su vida, su familiahijostrabajo y la verdad es que yo sonreía y asentía.
Llegamos no muy tarde y él en vez de entrar por el puente como que rodeaba el pueblo y de alguna forma me dejaba al otro extremo de Av. los Carrera.
Me invitaba a pasar a su casa, para que usáramos la piscina y tomáramos algún trago.
Amablemente le decía que no, que mi abu me esperaba hace rato y no podía demorarme más.
Caminaba por la Av. que luego no era Av. los Carrera sino Cumming y sonaba mi celular. Era el ex, quería mil explicaciones quehacesdondeestasconquiencomoycuando.
Me ponía tan nerviosa, no quería seguir escuchando. No, no quería, pero era incapaz de colgar. Veía su rostro triste y me sentía demasiado mal.

miércoles, 25 de julio de 2007

Desperté, estaba en mi cama y me dolía la frente. Recordé que el día anterior tenía una grapa en el velador, y asocié rápidamente el dolor-grapa. Me tocaba y efectivamente tenía la parte de plástico pegada a mi frente. Tenía la piel inflamada en ese lugar. Estaba roja y brillante.
Me acercaba al espejo grande del pasillo, prendía la luz pero ésta no funcionaba muy bien. Lograba sacarme la parte plástica, pero los ganchos seguían incrustados en mi piel. Los apretaba como si fueran una espinilla/punto negro. Pero no salían.
Me iba al baño y allí después de un arduo trabajo sacaba un gancho. Manaba la sangre caliente, pero era densa, como jalea.
Trataba de contener la hemorragia, y a punta de algodones varios lo lograba.
Después olvidaba que tenía el otro gancho clavado en mi cabeza, y me iba a bañar.
Como 3 horas después recordé que seguía allí, en mi cabeza ese pedazo de metal.
Nuevamente al baño, y después de agrandar la herida con mis uñas si, excavaba con mis uñas la piel, salía el otro gancho.
Demasiada sangre corría por mi rostro, estaba caliente y densa. Caía a mis manos y parecía como si se hicieran burbujas de sangre.

martes, 24 de julio de 2007

3 sueños


No recuerdo que soñé hoy, pero si recuerdo algunos sueños antiguos...
1.- Es un sueño repetitivo. Desde niña lo he tenido.

Estoy en la proa de un buque de guerra. No se que hora es, ni que día. No se como me veo, ni que ropas llevo. Aunque creo que uso algo como un abrigo, porque logro distinguir un cuello.
A lo lejos se divisa tierra, pero a una distancia grande. Es una tierra negra y humeante.
Las nubes son abundantes, de color burdeosnegroide, es como un atardecer/amanecer pero mil veces mas oscuro. El ambiente es tenso, al parecer hubo/hay una guerra. El agua es negra, turbia, muerta. No hay ruido, sólo una leve brisa se presenta. Es total la desolación. El aire es denso, pesado. No hay mal olor, pero es un aire viciado como si nunca se hubiese purificado.
Estoy sola, y siento mucho miedo aunque más que miedo, angustia. No se porque estoy aquí, ni a donde voy. Pero soy incapaz de moverme, de hacer algo.
Y cada vez me acerco más a ese lugar, la verdad es que no se si deseo o no llegar.

2.-Una sola vez.

Una habitación de madera muy alta, y angosta. Paredes con tapiz antiguo. Cerca del techo vigas. En el suelo una tina de esas antiguas, con pie. Luz tenue.
En una viga estoy yo, pero se que nadie me ve, no pueden, soy transparente.
En la misma viga mi madre, con una camisola blanca y gastada.
Está despeinada, se ve terriblemente desesperanzada y triste.
Me acerco, aunque se que es inútil, y trato de abrazarla.
Se tira de la viga a la tina y el agua se llena de sangre.
No siento pena sólo resignación.

3.- Una vez.

Se lo que haces, estas en la cocina y abriste la llave del gas. Quieres explotar pero no quiero morir contigo. Corro por el pasillo al comedor, cierro la puerta y siento la explosión.
Olor a humo, a madera quemada, a carne quemada. Curiosamente no escucho ningún grito.
Aún no entiendo porque lo haces papá

lunes, 23 de julio de 2007


Abrí mi mochila del colegio, esa que todos decían no era de verdad. Era realmente pequeña, azul, muy discreta. Pero era noble y leal. Entraban los cuadernos lápices gomas labiales perfumes lacas de uñas parka bufanda delantal alimentos varios y uno que otro torpedo.
Dentro como de costumbre, habían cuadernos y sobre estos un chaleco celeste. Y sobre este un test de embarazo.

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Desperté y estaba en un cuarto en tonos grises, tendida en una cama grande, cubierta mi desnudez con una sábana suave. Sobre mi cintura tu mano dormía plácidamente. Me acercaba a tu cuerpo y me acurrucaba para seguir durmiendo...

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Era la nana de una casa, la casa era extraña. En el comedor en vez de una mesa, tenían un árbol. Las ramas eran lo suficientemente gruesas como para poder colocar los platos, cubiertos y vasos. Claro que cada elemento en una rama distinta. Y el tronco se volvía transparente al mirarlo. Entonces se veían los unos a los otros perfectamente. Estaban todos almorzando, incluyéndome.
Terminábamos y levantaba la mesa. En la cocina, el niño (de unos 12 años) se me acercaba y una vez más (sentía una actitud repetitiva) quería acariciarme, tocarme, palparme. Su objetivo era intentar sacarme el delantal. Obviamente yo no se lo permitía... completamente. Era agradable sentir sus manos apretar mis pechos, colgarse de ellos e intentar ser su dueño. Claro, si su madre nos descubría perdería mi trabajo, pero el riesgo lo hacía más emocionante.
Mientras lavaba la loza el niño continuaba en su laboriosa manía.
Pero era su obsesión solo para con mis pechos, porque a pesar de tener mayor alcance hacia mis piernas y/o trasero, no se interesaba por ellos.

domingo, 22 de julio de 2007

Estaba sobre una especie de roca en medio del océano, habían varias más. Era una roca de forma alargada color beige y con uno que otro pájaro anidando en ella. Yo estaba sentada sobre la punta, que era redonda.
Venía una ola gigante, con mucha velocidad, y reventaría sobre mi.

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Estaba tu tía (¿?) preguntándome que comían en el casino... Y lo que más quería saber era si vendían cebolla como ensalada, y cuánto costaba. También me preguntaba sobre el arroz.

viernes, 20 de julio de 2007

mucha sangre

miércoles, 18 de julio de 2007

Estaba en una casa de madera, muy antigua pero acogedora.
Exactamente en una habitación como un corredor. La luz era intermitente y de baja intensidad, amarillenta y sucia. Las paredes de tablas café claro y algunas tenían visible el paso del tiempo.

Miré hacia arriba y en la esquina del techo-pared había una araña gorda y grande. Tenía los quelíceros lilamaracointenso y guatones. En la parte superior del abdomen tenía una mancha gris. Y el resto era negro.
Llegaba mi papá y le mostraba mi descubrimiento. La miraba:
-No te acerques, no quiero que te ataque.

La araña ágilmente, contrario a lo que yo pensaría, se deslizaba a través de sus múltiples telas. De hecho, recién en ese instante me percataba de la cantidad de telas de araña que colgaban.
Lograba llegar hasta el otro extremo de la habitación y descendía.
Luego, sentía como sus patas golpeaban a cada paso la madera y como se acercaba a mi.

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Estaba de día, en una galería de alguna casa, supongo que la mía. Estaba compuesta por pequeños vidrios cuadrados en marcos de madera. Se veía un jardín y al frente una galería igual.
Llegaban mujeres a mi lado, y comenzábamos a charlar.
Miraba en frente y estabas tú Toro, acompañado de otros hombres. Sacando ropa de un baúl y mostrándomela. Primero una camisa amarilla, como de lino con el cuello y un bolsillo dorado. Y luego otra camisa más clara, y con bordados dorados pero pálido.
Claramente no me gustaban y las encontraba horribles.

Y te lo hacía saber.

martes, 17 de julio de 2007

Tenía $20 mil, y comenzaba a gastar esa plata sin pensar. Compraba cosas inútiles. Estaba en algún centro comercial. Y de pronto recordaba para que y porque tenía ese dinerillo. Tenía que pagar particularmente la consulta del médico. Y lo había olvidado! Que desesperante sensación de equívoco. Sabía que había metido las patas hasta el fondo.
¡Puta la wea!
¿Cómo iba al médico ahora, si no podía usar la isapre? Sin dinero no podía claramente.
Y empecé a devolver las cosas. Una por una. Creo que no me fue muy bien.

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Había un acantilado, con los restos de una ballena pétrea, solo la cola se apreciaba. Seguramente el resto se había perdido en el mar. Estaba parcialmente cubierta de agua.
El agua era hermosa, verdosa y transparente. No había peces. Y estábamos sobre el acantilado, escarpado y café. Comencé a descender y a caminar hacia otro lado. Hacia una casa. La cola de la ballena cada vez estaba menos visible, y el agua se ponía más brava.
Un hombre joven y oriental entraba en la casa, y todos le decían que no lo hiciera, que pronto la casa se inundaría. Bajaba al cuarto de los padres, blanco y sumergido. Estaba ahí dentro y quería ir al baño. si no entraba sabía que no saldría. Lograba llegar allí, aun contra la presión del agua sobre las puertas. Las ventanas estaban agrietándose pero el baño aun tenía unos centímetros de aire. Quería salir y se metía por una ventanilla. Salía a una especie de patio y comenzaba a nadar.

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Hoy nos juntaremos a las 14.00
Y cuando miraba el reloj, eran las 18.00
Me asustaba, estaba nerviosa. Sabía que cualquier excusa no me salvaría. Pucha, tenía tan presente llegar a la hora y no entendía como el tiempo corrió tan rápido. Si hace poco eran las 12.00
Maldición. Era tan urgente llegar y pedir disculpas. Te llamaba y no me contestabas. Obviamente estarías odiándome.
Te juro que no se que ocurrió.

lunes, 16 de julio de 2007

Estabas abrazándome Torito, me desnudabas con tus grandes manos. Me sentabas desnuda sobre ti, y me acariciabas la espalda, los pechos, mis pompas. Me ponías de rodillas ante ti y teníamos sexo oral. Se sentía tan delicioso, tu pene gordo en mi boca húmeda. Te chupaba, lamía, mordía... creo que nunca antes había usado tan bien mi boca. Tenía los labios rojos y brillantes. Recuerdo tu glande morado. Entraba y salía rápido. Estaba durísimo.
Después simplemente sentía tu semen por mi garganta...
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Mujer alegre apacible ambas conocida imaginada
agradable placentero

jueves, 12 de julio de 2007

Vacacionessss

Chanfle, se me olvidó escribir los sueños que tuve mientras andaba de vacas... sueños perdidos supongo...
en fin
Jueves 12

Llegué a Santiago y fui al departamento de mis papas, era con mucho vidrio y metal, como muy moderno e industrial pero sofisticado. Estaba con alguien más, diremos que era mi acompañante porque no recuerdo quien era.
Nos bajábamos del auto y unos niños se nos acercaban y trataban de asaltarnos, yo como que me urgía, pero no lo quería demostrar.
Subíamos de nuevo al auto y nos estacionábamos en otro lugar.
Entrabamos al edificio y me comenzaban a doler los pies.
Llegábamos al depto de mis papás y era muy oscuro, impersonal y frío.
Comenzaba a sacarme los zapatos, que eran como botas para nieve y cuando llegaba a los calcetines me daba cuenta que llevaba unas vendas extrañas, como mini-arnés para pies.
Me sacaba el izquierdo, y tenía jamón (¿?) y era obvio, yo quería que alguna persona creyese que tenía una herida. Lo sacaba y mi pie no tenía mal olor.
Cuando desnudaba el pie derecho, me daba cuenta que los dedos estaban morados, hinchados y que olía mal. Sacaba este arnés y tenía además del jamón una herida infectada. No era grande, era como una cortadura, pero dolía bastante.
Me desesperaba, repentinamente no podía caminar. Mi papá llegaba y se molestaba tu siempre con tus escándalos cuando vas a crecer si me duele me duele hasta cuando te soporto es verdad.
Estabas ahí Sebita, y tratabas de ayudarme, querías llevarme al médico pero no podíamos salir del edificio, y comenzábamos a tratar de escalar por los balcones.
Abajo nos esperaban esos niños.
Sentía miedo, era como saber que no tenía como seguir, estaba atrapada y ni siquiera podía caminar bien.

martes, 3 de julio de 2007

Martes 3 de Julio


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Estabamos en una fiesta en mi casa, mi abuelo vivo, y llegabas tú. Eras el hijo de Ulises (¿?). Y me molestaba profundamente tu presencia. Nunca antes te había visto, pero sabía con certeza quien eras.
Corrí a esconderme a la oficina-discusión contigo, al parecer por mi comportamiento infantil-discusión sobre los techos de la casa-te veo detalladamente, pelo crespo algo largo, barba, anteojos, delgado, si... tienes un aire a mi. Más alto, mas intelectual. Chaqueta beige, pantalones café, eras como un usuario de cafe bohemio-odio intenso hacia tu persona.
Me gustabas.
Y eso me provocaba una vergüenza viceral.
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Estaba en el baño, haciendo cualquier cosa. miraba mi blusa verde y sentía como me latía el seno izquierdo. Dolía intensamente. Me levantaba la blusa, y bajaba el sostén.
El pecho lo tenía amoratado, se notaban las venitas, estaba muy caliente, el pezón dilatado, era como si algo lo estuviese apretando, mejor dicho estrujando. La piel estaba transparentosa.
El pezón me ardía, estaba gigante... y lo tocaba con mis manos, para ver que pasaba.
Comenzaba a salir sangre, caliente casi hiriviendo, muy espesa como si fuera leche de sangre.
Sin asco seguí con esta tarea de ordeñarme.
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Estabamos en A. Barroso con Alameda, mi mamá, Claudia y yo. Mi hermana contestaba el celular y un tipo de unos 40 años se le acercaba por detrás para ofrecerle perfumes, y la rodeaba con su brazo por la cintura. Mi hermana lo miraba extrañada sin dejar de hablar. Con mi mamá te gritabamos "aléjate de él!!!", pero no nos escuchabas, y por alguna razón no podíamos caminar hacia ti muy rápido.
Chaqueta de polar café, vieja, sucia. Barba, pelo canoso, piel curtida por el sol. Te asaltaba y salía corriendo.
Nos dabamos vuelta y venían dos carabineras, y les gritaba: "LADRÓN!!!", ellas le cogían y mi hermana conseguía nuevamente su celular.

lunes, 2 de julio de 2007

Lunes 2

Estaba en una gasolinera, con parte de mis tías. La Xime estaba buscando ropa, y entrabamos a un Esso Market y ahi habían unos vestidos de cuero negro. Comenzaba a probarse algunos, y al final se decidía por uno largo, bajo la rodilla, con escote cuadrado y sin mangas de color negro. Me preguntaba si se veía bien, si era apropiado para la ocasión.
Le dije a todo que si.
Solo faltaban los zapatos, que según mi opinión debían ser negros, puntiagudos y con tacón aguja. Ella replicaba que quizas no podría andar con dichos zapatos, porque no sabía caminar bien, le dolerían los pies, eran demasiado altos, en fin... Sería todo un martirio.
Continúe por mi opción masoquista, y para fundamentar mi respuesta le mostraba a mi tía que yo misma usaba zapatos muy altos.
Eran antiguos, gastados, grises (seguramente fueron negros alguna vez) y con taco grueso y tosco.
Pero me gustaban, y los exhibía sin pudor alguno.
Y sonó el celu, con su gallinita

domingo, 1 de julio de 2007

Miércoles 27 de junio


Mi papá era presidente, y permitía que una injusta ley le hiciera algo malocruelvergonzoso a unos pingüinos indefensos.

Fui a su oficina, abrí la puerta:

-“Papá, como puedes cometer tal brutalidad”- le dije tristemente

-“¿Pero qué brutalidad? Todos debemos comer, la carne de pingü….”

Me retiré indignada, simplemente no quise seguir escuchando. ¿Qué le habían hecho los pingüinos? Nada, y ¿por qué él tan egoístamente quería matarlos? ¿Por qué tenía hambre? Por favor...

Caminé varias cuadras, era de noche, estaba super enojada, molesta, muy decepcionada de él (lo curioso es que nucna vi su cara en el sueño).

Di vueltas a una plaza, entré a unas galerías nocturnas donde se encontraba de todo y a todos. En el local 25 eZ estaba Shai (¿?) y vendía inciensos de Israel. Cuando me vio me invitó a entrar.

El local era pequeñísimo, tenía unos cuantos libros, velas y mucho pero mucho humo. Dijo que lo esperara, que en un rato más cerraba y así podríamos conversar.

Simplemente olvidé lo de los pingüinos.

Cerró el local y sacó una especie de algodrogorico en forma de ladrillo, como color uva. Lo olió y me lo pasó por mi nariz, debo confersar que era muy agradable.

Luego de su bolsillo tomó una especia de caja amarilla con letras hebreas o árabes y comenzó a tratar de hacer fuego.

-Shai, sabes en esta época existen las cerillas, ¿para qué mierda usas eso? Jajajajajajajaja

Moría de la risa al ver como mi amigo no podía prender su algodrogorico.

Después de variados intentos lo logró.

Esa cosa se derretía y él lo colocaba en una especie de mmmm... ¿pipa? y de ese aparatus rarus lo aspirabamos.

Cuando estábamos muy drogados, Shai sacaba su cama de entre los estantes y al parecer tenía serias intenciones sexuales para con mi ser, pero yo no quería.

Sacaba la minicama de abajo de la suya y me dormía.

Al otro día me iba temprano....

Luego veo una imagen de él buscandome bajo la cama.

(Todo esto en tonalidades amarillo anaranjadas)