Te observaba mientras entrabas a ver al médico. Él comenzaba la esofagoscopia y se detenía rápidamente. Te decía que todo estaba bien, que te fueras a tu casa a dormir relajadamente.
A la mañana siguiente llamaba tu mamá histérica avisando que habías muerto. Mi guata se puso dura, tenía ganas de vomitar. No podía ser... tú, ¿muerto?
Asistía a tu funeral, era en una playa pequeña de pescadores. Y estabas allí tendido entre palmas. Yacías en la arena, y nunca más volvería a escuchar tu voz, ni a tomar tu mano, ni a escuchar tu risa. ¿Cuándo jugaríamos rol juntos otra vez?
La Paty estaba destrozada, roja de tanto llorar, creo que había envejecido unos 20 años. Gritaba y no podía entender como el puto médico no había podido ver que algo andaba mal. Mi mamá le explicaba que quizás estabas tan mal que ya no podían hacer nada y quisieron evitarte sufrimiento.
Miré a los concurrentes y estaba la Mady sola en la playa, algo alejada del resto. Estaba pálida y fría. Despeinada, y nadie la abrazaba. Ella era tu novia, ¿Cómo nadie la consolaba?
Finalmente me despedía de ti primo, mi último adiós. Me subía a una camioneta y me iba.
..........................................................................................................................................................................
Pololeaba con otro hombre. Era un policia negro. Quería que nos casáramos pero por algún motivo yo estaba a cargo de dos niñas, de unos 5 años. Y si me casaba me las tenía que llevar conmigo. De hecho ese era el problema. Él no quería eso, quería que disfrutásemos nuestros días sin hijos, y menos con hijos ajenos.
Un día llegaba mi papá a mi departamento y estaba el policía conmigo. Nos hablaba sobre lo que haríamos, todo un sermón.
Cuando se iba me preguntaba si yo estaba segura, y le decía que si. Internamente sabía que mentía. Aún no podía olvidarte, después de tanto tiempo seguía pensando en Toro y quería casarme con él, no con el negro. Además era una mentirosa golosa. Eso era una muy buena razón.
..........................................................................................................................................................................
Estaba en una clase, de matemáticas. Nos enseñaban el sistema binario y hacíamos ejercicios. En mi casa no estudiaba nada. Y al otro día la profe me sacaba adelante para hacer un ejercicio. Que atroz, hace tiempo que no sentía tantos nervios, se me caía el plumón, el borrador, los lentes, todo. Absolutamente desastroso y por los nervios, no podía concentrarme y hacer bien los ejercicios. Miraba algo aturdida a mis compañeros y estabas tú Toro en primera fila y no me ayudabas, no me decías nada.
Después de continuar por un rato con la humillación la profe me retaba y me decía que no entendía como yo no era capaz de hacer un ejercicio tan simple.
Me sentaba, mis mejillas estaban rojas y sudadas. Que calvario...
A la salida hablaba con la profe, le preguntaba si ella borraba alguna nota, porque obviamente me ponía un 1. Me decía que no, que ella era una profe exigente, no se borraban notas ni se subían.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

No hay comentarios:
Publicar un comentario