Desperté, estaba en mi cama y me dolía la frente. Recordé que el día anterior tenía una grapa en el velador, y asocié rápidamente el dolor-grapa. Me tocaba y efectivamente tenía la parte de plástico pegada a mi frente. Tenía la piel inflamada en ese lugar. Estaba roja y brillante.
Me acercaba al espejo grande del pasillo, prendía la luz pero ésta no funcionaba muy bien. Lograba sacarme la parte plástica, pero los ganchos seguían incrustados en mi piel. Los apretaba como si fueran una espinilla/punto negro. Pero no salían.
Me iba al baño y allí después de un arduo trabajo sacaba un gancho. Manaba la sangre caliente, pero era densa, como jalea.
Trataba de contener la hemorragia, y a punta de algodones varios lo lograba.
Después olvidaba que tenía el otro gancho clavado en mi cabeza, y me iba a bañar.
Como 3 horas después recordé que seguía allí, en mi cabeza ese pedazo de metal.
Nuevamente al baño, y después de agrandar la herida con mis uñas si, excavaba con mis uñas la piel, salía el otro gancho.
Demasiada sangre corría por mi rostro, estaba caliente y densa. Caía a mis manos y parecía como si se hicieran burbujas de sangre.
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