martes, 3 de julio de 2007

Martes 3 de Julio


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Estabamos en una fiesta en mi casa, mi abuelo vivo, y llegabas tú. Eras el hijo de Ulises (¿?). Y me molestaba profundamente tu presencia. Nunca antes te había visto, pero sabía con certeza quien eras.
Corrí a esconderme a la oficina-discusión contigo, al parecer por mi comportamiento infantil-discusión sobre los techos de la casa-te veo detalladamente, pelo crespo algo largo, barba, anteojos, delgado, si... tienes un aire a mi. Más alto, mas intelectual. Chaqueta beige, pantalones café, eras como un usuario de cafe bohemio-odio intenso hacia tu persona.
Me gustabas.
Y eso me provocaba una vergüenza viceral.
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Estaba en el baño, haciendo cualquier cosa. miraba mi blusa verde y sentía como me latía el seno izquierdo. Dolía intensamente. Me levantaba la blusa, y bajaba el sostén.
El pecho lo tenía amoratado, se notaban las venitas, estaba muy caliente, el pezón dilatado, era como si algo lo estuviese apretando, mejor dicho estrujando. La piel estaba transparentosa.
El pezón me ardía, estaba gigante... y lo tocaba con mis manos, para ver que pasaba.
Comenzaba a salir sangre, caliente casi hiriviendo, muy espesa como si fuera leche de sangre.
Sin asco seguí con esta tarea de ordeñarme.
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Estabamos en A. Barroso con Alameda, mi mamá, Claudia y yo. Mi hermana contestaba el celular y un tipo de unos 40 años se le acercaba por detrás para ofrecerle perfumes, y la rodeaba con su brazo por la cintura. Mi hermana lo miraba extrañada sin dejar de hablar. Con mi mamá te gritabamos "aléjate de él!!!", pero no nos escuchabas, y por alguna razón no podíamos caminar hacia ti muy rápido.
Chaqueta de polar café, vieja, sucia. Barba, pelo canoso, piel curtida por el sol. Te asaltaba y salía corriendo.
Nos dabamos vuelta y venían dos carabineras, y les gritaba: "LADRÓN!!!", ellas le cogían y mi hermana conseguía nuevamente su celular.

1 comentario:

Sebastian R. Díaz F. dijo...
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